Postcards from Praga

Postcards from Praga

Este año por fin tocaba irse de vacaciones en pareja y los destinos elegidos fueron Praga, Dresde y Berlín. La idea inicial era visitar únicamente Berlín pero disponíamos de días y de presupuesto para ampliar el recorrido así que a sugerencia del medio limón sumamos Praga – ciudad que él ya conocía – y googleando posibles rutas optamos por Dresde como segunda parada.

Pero empecemos por Praga, nuestro primer destino y una de las ciudades europeas más turísticas. Aterrizamos en Praga el domingo 2 de agosto por la tarde después de un vuelo que no llega a las 3h y desde el mismo aeropuerto tomamos un bus hasta el centro de la ciudad, callejeando llegamos a nuestro hotel situado a apenas 3 minutos del conocido reloj astronómico y de la plaza vieja. Mejor ubicación imposible.

Esas primeras horas en la ciudad nos bastaron para recorrer algunos de los sitios más emblemáticos situados en Staré Mêsto o Ciudad vieja y para dar cuenta de un pecado delicioso, el Trdelník que es un dulce tradicional eslovaco asado a fuego como muestro en la foto más abajo, envuelto en azúcar y con un adictivo aroma a canela. Nosotros como buenos guiris comimos uno en los puestecillos de la plaza vieja  y aprovechamos para disfrutar de la música y del buen ambiente y conocer algunas de las paradas obligatorias de este viaje que se ubicaban justo allí: el famoso reloj astronómico del Ayuntamiento y la Iglesia gótica de Tyn que se identifica fácilmente gracias a sus dos torres gemelas.

Praga 1

El atardecer nos llevó dando un paseo hasta el Puente Carlos, posiblemente la postal más conocida de la ciudad, y donde fuimos testigos de la preciosa panorámica nocturna sobre el río Moldava. Pocas veces he visto un puente tan concurrido como este! Turistas, locales, músicos, vendedores ambulantes….una locura! Y es que Praga sorprende 😉

Moverse por la ciudad resulta realmente fácil, recorrerla a pie es totalmente factible salvo la zona del castillo que está algo más alejada y además cuenta con metro y tranvía para acortar algunos trayectos.

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Al día siguiente recorrimos de nuevo parte de estas calles y pusimos rumbo hacia el barrio judío , Josejof, un barrio que data de la Edad Media y que a pesar de no conservarse en su modo original mantiene gran parte del encanto de lo que un día fue. En el camino pinceladas art nouveau y decó captaban mi atención por todas partes – qué le voy a hacer soy historiadora del arte….-

Posiblemente uno de los momentos más sobrecogedores fue visitar el memorial del Holocausto en la Sinagoga Pinkas y verse rodeado de los nombres y apellidos de los judíos exterminados en la barbarie nazi que recorren sus paredes. Este sentimiento prevalece e incluso se intensifica al visitar el cementerio judío que es la segunda etapa del recorrido, conmueve comprobar la cantidad de tumbas que se agolpan y es que durante años los judíos no podían enterrarse en otra parte de la ciudad que no fuera esta y de ahí que 12 mil tumbas se apilen en un espacio tan reducido.

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El recorrido por el barrio continua hasta completar la visita a las 6 sinagogas que aún hoy perviven, destacando sin duda la Sinagoga Española, llamada así por su increíble decoración de inspiración morisca. Josejof fue una de las zonas que más me cautivó y de hecho comimos ese día y volvimos la segunda noche a cenar en uno de sus restaurantes donde tomamos algo el día anterior.

Esa tarde después de una breve siesta – suerte de tener el hotel tan céntrico- nos dirigimos a pie hasta Nové Mesto o ciudad nueva, una zona muy comercial llena de tiendas en la que destacan el boulevard de Wenceslao, el teatro nacional o la contemporánea casa danzante de Gerhy. Y es que en Praga confluyen numerosos estilos artísticos, testimonio de su historia, lo monumental del gótico, las curvas y contracurvas del barroco, lo orgánico del art nouveau…hasta la arquitectura más contemporánea.

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A pesar de ser una ciudad con mucha marcha el estar andando todo el día nos obligaba a recogernos pronto para afrontar la ruta del día siguiente.

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Nuestro segundo día estaba destinado a visitar el barrio del castillo y para ello tomamos el tranvía por eso de añadirle más encanto a nuestra travesía 😉 y a pesar del caluroso trayecto – ya que nos pilló la famosa ola de calor europea- mereció la pena ya que el tranvía sube hasta la parte alta del castillo, desde el metro más cercano es necesario un breve recorrido a pie que a esas temperaturas se hacía de todo menos apetecible. Una vez superada la cola de rigor ya que es uno de los sitios más turísticos, pasamos a visitar la Catedral de San Vito que es la Catedral gótica más antigua de Europa Central para acto seguido recorrer el resto del recinto hasta culminar en el Callejón de los alquimistas en el que se encontraban las casas y talleres de estos artesanos que pasaban las horas buscando la fórmula para conseguir oro. El recinto además cuenta con unas maravillosas panorámicas de la ciudad, pero era tal la cantidad de turistas que había que era misión imposible coger sitio para la foto….

Y es que si tengo que poner un pero a este viaje, ola de calor a parte, es que Praga está totalmente masificada de turistas procedentes de todas partes del mundo, cuesta transitar por algunas calles y los lugares de interés turístico ya ni os cuento….era como intentar ver La Gioconda en el Museo del Louvre!!! Mi chico que estuvo hace ya unos años dice que ha cambiado mucho y eso se nota en los precios que distan mucho con los de aquella época. Y es que Praga ya no es tan barata como antes aunque es totalmente asequible, especialmente si os gusta la cerveza! yo que soy un caso aparte gasté más en agua y cocacolas que el medio limón probando todas las cervezas posibles!

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Retomando un poco el hilo, en el castillo echamos toda la mañana y para regresar al centro de la ciudad optamos por el metro. No sé a vosotras pero como usuaria habitual de este transporte en Madrid me llama mucho la atención usar este transporte en otros países. Aunque sólo tiene 3 líneas es un metro moderno, práctico y con un diseño muy atractivo. Eso sí sacar los tickets era otra historia jajaja..

Fuimos un poco a contrareloj con la intención de visitar el Museo de Muscha, parada obligatoria ya que es uno de mis artistas favoritos.Vaya decepción! sinceramente no merece la pena pagar 10€ de entrada.  Es un museo muy reducido con apenas 2/3 salas y aunque tiene obras muy representativas cualquier exposición temporal de las que he visitado dedicadas al Modernismo le da mil vueltas y gratis. Es una visita totalmente prescindible incluso para amantes del art nouveau. Si queréis ver modernismo y decó en Praga no tenéis más que estar atentos en fachadas, portales y azoteas. Os sorprenderá!

 Y ya nuestra última tarde la destinamos a recorrer el barrio de Malá Strana situado al otro lado del puente Carlos y que se extiende a los pies del castillo. Precisamente por su proximidad ésta fue la zona en la que los nobles proyectaron sus palacios de estilo renacentista y barroco y desde allí recorrimos por última vez las calles de Praga despidiéndonos de esta preciosa ciudad rumbo al barrio judío.

Sin duda es una ciudad que me ha fascinado y me encantaría volver a visitar. Destino perfecto para una escapada de fin de semana 😉 Como mi chico ya la conocía fuimos totalmente por libre pero os recomiendo el grupo de chic@s españoles que se ubican junto al reloj astronómico con un paraguas morado, son encantadores y realizan visitas muy interesantes.

Y para acabar unos datos útiles:

* La moneda oficial es la corona checa así que necesitaréis cambiar para realizar vuestros pagos aunque algunos comercios aceptan euros.

* Como en todas las ciudades los precios dependen mucho de la zona así que recomiendo ojear la carta antes de sentaros en un restaurante.

* Tomaros con paciencia que os sirvan con rapidez en bares y restaurantes, mínimo 20/30 min. Los del Vips a su lado son el correcaminos!

* Para los que seáis de comer con agua como una servidora: Still water o especificar «Without gas» porque en el norte de Europa les encanta lo del gas. Idem en Dresde y Berlín.

* Los tickets del tranvía se sacan en unos pequeños quioscos que cuesta un poco encontrar así que lo mejor es preguntar.

* Si queréis preparar vuestro viaje este blog es una maravilla!! Diskuse

¿Conocéis Praga?

¿Os cautivó?

¿Qué fue lo que más os gusto?

9 Comentarios

  1. 20 septiembre, 2015 / 6:26 pm

    No conozco Praga pero tengo muchas ganas de visitarlo. Qué fotos tan chulas, se ve que es una ciudad preciosa. Un beso :*

    • Raquel Herrán
      Autor
      28 septiembre, 2015 / 9:22 am

      Absolutamente recomendable para una escapada de fin de semana. Preciosa!

      Bss

  2. Ana
    21 septiembre, 2015 / 7:55 am

    Praga es uno de esos sitios a los que quiero ir, es una ciudad preciosa. Si puedo, visto lo visto, iré en épocas menos «vacacionales» jeje
    Un besito!!

    • Raquel Herrán
      Autor
      28 septiembre, 2015 / 9:24 am

      Jaja es que agosto ya sabemos lo que significa pero me pareció especialmente masificada, mi chico estuvo hace años y dice que nada tenía que ver. No obstante es una ciudad preciosa que se recorre fácilmente, eso sí en invierno prepárate para pasar frío!!!

      Un bsazo ,)

  3. 22 septiembre, 2015 / 12:58 pm

    Hola, Raquel!

    estuve en Praga hace unos años ya, y me pareció una ciudad increíblemente bella! Es cierto que a veces puede ser un poco agobiante de los turistas que hay, pero merece mucho la pena. Nosotros aprovechamos e hicimos una escapadas a Karlovi Vary y a un par de pueblos cercanos que nos gustaron mucho también. Ah, y a nosotros también nos pilló ola de calor. También en agosto, cosas del verano! 🙂

    • Raquel Herrán
      Autor
      28 septiembre, 2015 / 9:26 am

      Fuimos dos días y se nos quedó cortó para movernos por pueblos cercanos y como seguíamos a Dresde y Berlín no nos complicamos. Mi chico si que conocía Karlovi Vary así que tampoco era plan de aburrirle demasiado jeje

      Esta ola de calor quedará grabada en mi memoria jajajaja, vaya vacaciones!!! Un besazo

  4. 23 septiembre, 2015 / 7:52 am

    Preciosas fotos. Gracias a tu post, he recordado el viaje que realicé a Praga el verano pasado. Por surte, era junio con lo que aunque había bastantes turistas, no esa masificación que cuentas. Tendré que volver a probar esos dulces típocos, no sé como se me pasaron 🙂 Saludos

    • Raquel Herrán
      Autor
      28 septiembre, 2015 / 9:29 am

      No los probaste???? pues vas a tener que volver 😉 Yo que no soy de dulces típicos me quede enganchadísima de estos, qué delicia!
      Y soy muy «agobiable» me gusta hacer turismo y poder verlo todo bien, lo cual es dificil y más en agosto 😉

      Un bsote

  5. Miriam.R
    30 septiembre, 2015 / 10:19 pm

    Llego un poco tarde a esta entrada, pero es que el tiempo ultimamente no me sobra…xD
    Qué bonito todo! Me ha encantado, es una ciudad que no conozco pero que me encantaría visitar, todos los rincones son preciosos 🙂

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